Del Mainframe al internet
Cuando me gradué de ingeniero en computación en la Universidad Simón Bolívar en Caracas en
1984, venía de una amplia experiencia programando en computadores mainframe.
Esta experiencia me sirvió para iniciar mi primer trabajo en
una importante empresa básica productora de aluminio primario en Puerto Ordaz,
al sur de Venezuela.
Provenir de la Universidad del Futuro significó que esperara
aprender nuevas formas de programar, a pesar de continuar con equipos
mainframe.
La sorpresa fue que los nuevos desarrollos eran en COBOL, un
lenguaje de programación “viejo” y bastante engorroso.
COBOL está estructurado en divisiones, que le permiten al
programador organizadamente decirle como hacer lo que requiere, con buenos
resultados para lograr adecuados cálculos comerciales.
Después de acometer el mantenimiento y desarrollo de las
aplicaciones empresariales básicas para la gestión administrativa de la empresa
eran requeridos nuevos retos.
Estos nuevos desafíos llegaron con una invitación a participar
en la revisión del diseño curricular de una nueva carrera a dictarse en la Universidad Nacional Experimental de
Guayana.
Así que luego de aprobar el currículo de ingeniería en informática, vino el
lógico inicio de compartir el conocimiento acerca de cómo fue la introducción a
la computación.
Solo para después iniciar el entrenamiento en programación a
los noveles estudiantes universitarios ávidos de aprender cómo comunicarse con
las máquinas.
Entonces durante nueve años compartí lo que aprendí y todavía
hacía en mis horas laborales con mis estudiantes de los dos primeros semestres
de la carrera.
Increíbles personajes que maravillados en un comienzo con lo
que podían hacer ahora, se convirtieron en excelentes colegas con el paso del
tiempo.
Nuevos rumbos me esperaban luego de pasar por el área de
base de datos, aprender SQL y enseñar a mis colegas como diseñar modelos de
datos para nuestros futuros desarrollos con ORACLE.
Y como las cosas siempre cambian, fui reasignada a la
división de soporte técnico de la gerencia de informática de la empresa.
El objetivo de esta
división era garantizar el funcionamiento adecuado de todos los equipos de
computación, que desde hace una década ya incorporaban computadores personales
y redes de datos.
Habíamos evolucionado en la gerencia de informática,
ofreciendo a nuestros usuarios lo necesario para afrontar el arribo del nuevo
siglo.
Pero los cambios incluirían nueva ciudad, nueva empresa,
nuevo cargo y nuevas responsabilidades, en la compañía anónima nacional teléfonos de Venezuela.
Una oportunidad de conocer la red de telecomunicaciones más
grande del país, en donde garantizáramos el correcto funcionamiento de todos
los equipos de la red ante la llegada del año 2000.
Verificamos servidores, computadores personales, routers,
redes, enlaces, centrales telefónicas en todo el país, garantizando el
funcionamiento del software básico de estos equipos para manejar cuatro dígitos
en las fechas sin errores.
Una vez superado el reto del nuevo siglo, vino el chance de
participar en la discusión del contrato para el outsourcing de hardware con una empresa hermana de servicios.
Lo que requirió leer muchos contratos de servicios, calcular
tiempos de atención y determinar las mejores condiciones para los tiempos de
respuesta necesarios ante el caso de fallas de los equipos.
Una interesante época de interrelación con técnicos de
hardware, analistas de soporte técnico, asesores y abogados especialistas en
contratos para servicios de soporte en sistemas y equipos de computación.
Esta experiencia hizo que yo fuera la mejor opción cuando se
necesitó discutir el contrato para el outsourcing
de software con las empresas que proveían los sistemas principales de la
empresa.
El gigante azul, IBM, y otra consultora eran la contraparte,
a través de personas excepcionales donde el aprendizaje mutuo nos llevó a
nuevas relaciones de trabajo fructíferas para todos.
El país ya tenía tiempo viviendo momentos convulsos donde
emergía una especie de secta divisionista que afectaba la vida de todos los ciudadanos,
permeando también su conducta virulenta hacia el trabajo.
Esto sería un punto de quiebre en mi carrera en computación,
porque las vueltas de la vida, me devolvieron al ámbito educativo.
Esta vez, volví al campo de la enseñanza, a través de cursos
para las empresas, inicialmente detrás de bastidores, apoyando en lo necesario
con la logística y la operación.
El objetivo era garantizar el contar con los participantes,
los lugares, los facilitadores y las condiciones apropiadas para enseñar lo que
las empresas necesitaban.
En esta época conocí personas maravillosas dedicadas a la
transmisión de conocimientos que enriquecieron mi vida profesional y personal.
Aprendí del negocio de los cursos para las empresas, de cómo
montarlos, de cómo evaluar facilitadores y empresas didácticas para que
trabajaran con nosotros.
Y en el ínterin, descubrí que en la escuela de psicología de
la facultad de humanidades y educación
de la Universidad Central de Venezuela
daban una especialización en dinámica de
grupos.
Con lo que volví a aprender para poder enseñar, conociendo
el funcionamiento de los grupos y todo lo necesario para, a través de la
psicología y sus ramas, desarrollar nuevas técnicas.
Un ingeniero ama las técnicas, las estructuras y el
formalismo, aunque luego tenga que romper con ellos, solo para hacerlo mejor.
Ahora eran parte de mi conocimiento: la psicoterapia
Gestalt, la programación neuro lingüística, el análisis transaccional y otras
áreas de la psicología a las que me acerqué para aprender.
Y a partir de ese momento, he disfrutado mucho la facilitación de talleres, a través de
los cuales tocas el alma humana para transmitirle un poco de lo que sabes.
Para hacer que reflexionen y se den cuenta de sus
cualidades, de su valor y de todo lo bueno que hay dentro de ellos, para ser
mejores personas y profesionales.
El país mientras tanto, continuaba en franco deterioro en
todos los ámbitos, con una hiperinflación galopante, inseguridad, escasez de
comida y medicamentos.
Todos, personas y empresas, sufriendo las consecuencias de
la falta de voluntad y por ende, de la falta de políticas que de alguna forma
ayudaran a revertir la crítica situación del país.
En consecuencia, para lograr sobrevivir en esta situación,
las personas emigraron, las empresas cerraron y las pocas que quedaron,
intentan aguantar con ilusión de algún cambio.
Y en esta feroz lucha, se deja de invertir, por costumbre
quizás, en la formación de los empleados, lo que hizo que el ya estacional
negocio de los cursos se viniera abajo.
Desde tiempo atrás, había comenzando a colaborar en una
oficina de investigación de mercados,
ya fuera revisando informes o aportando en la estructuración de las tablas de
resultados.
Pocos eran los cursos que había dado a los clientes, salvo
luego de los estudios “Mistery Shopper”
o “Tracking de Marca”, o los
posteriores al levantamiento de los procesos de atención al cliente.
Todas actividades de facilitación satisfactorias, que
siguieron reafirmando mi amor por la enseñanza, por lo compartido y disfrutado.
Ahora descubrí que puedo hacer otros trabajos que conjugan
algunas de las habilidades que he desarrollado desde hace mucho y otras que
recién aprendo.
Generación de
contenido para sitios web, ya sean páginas o blogs.
Es todo un descubrimiento esto de redactar artículos sobre
cualquier clase de temas que la gente contrata para actualizar sus sitios web.
La idea es redactar artículos que mediante un posicionamiento SEO sean encontrados
por los motores de búsqueda como Google.
SEO significa Search Engine Optimization es decir, Optimización para motores de búsqueda.
Esta optimización abarca las características de programación del sitio web y del
desarrollo de su contenido.
Lo que hay que hacer es redactar artículos utilizando
párrafos cortos, palabras claves y secundarias, así como negritas o itálicas,
esas bondades que nos da Word.
Y cuando el cliente lo solicita, utilizando enlaces hacia
otros lugares en la web, que al enlazarse con los del cliente, les permiten una
mayor cantidad de visitas, que los hacen populares.
Y con estos artículos, estoy de nuevo asociada a la
computación, solo que de una nueva manera, porque además de las páginas web y
los blogs, el contenido puede ser usado en redes
sociales.
Muchas personas buscan otras personas que les manejen sus
redes sociales, ese oficio nuevo llamado Comunity
Manager.
Parte de esa administración de las redes sociales implica la
publicación de nuevo contenido frecuentemente, pues es la mejor forma de estar
en contacto con clientes y/o seguidores.
Entonces se requiere desarrollar artículos, cuyos temas estén
asociados a lo que promueves en las redes sociales, además de las fotos a
publicar.
Si tienes buenas fotos, tendrás una buena publicación, pero
si tienes una buena foto con un buen artículo asociado, tendrás una excelente
publicación.
Es así, como en esta evolución laboral, he caminado un gran
trayecto, donde he ido del mainframe al
internet.
- Magda Girón, ingeniero
en computación y especialista en
dinámica de grupos.
Comentarios
Publicar un comentario